La libre circulación de personas que garantiza la Unión Europea dentro de sus fronteras no se convertirá en la libre circulación de pacientes. El Parlamento Europeo dio ayer el visto bueno a una directiva que regulará la atención sanitaria fuera del país del paciente y que impedirá el conocido como turismo sanitario.
Los 27 gobiernos de la UE rechazaban hasta hace unos meses la posibilidad de que el paciente que necesitase cuidados especializados recurriese a cualquier centro de salud europeo, público o privado, por los costes que produciría para los sistemas de salud más garantistas. La presidencia española de la UE, con Trinidad Jiménez como ministra de Sanidad, logró en junio limitar los casos en los que un Estado financiará estos tratamientos.
Ayer, la Eurocámara respaldó ese pacto entre los gobiernos, cuyo principio general permite a los europeos viajar para ser atendidos con el derecho a recuperar el dinero pagado hasta el límite de lo que cubriría el sistema sanitario de su país.
Pero hay muchas excepciones para las que el paciente tendrá que pedir permiso: los tratamientos hospitalarios muy especializados, como las enfermedades raras; los que impliquen el ingreso en un hospital más de una noche; los que se realicen en centros privados o los de pacientes que, siendo residentes en un país distinto al suyo, vuelvan a casa para ser atendidos.
Tratamientos a jubilados
Este último caso, de gran importancia para el Gobierno, impedirá que los miles de jubilados de Reino Unido o Alemania que residen en España se vayan a tratar a sus países, a veces a centros privados, pasando la factura a España.
Además, los gobiernos podrán denegar la autorización si garantizan el mismo grado de atención en un plazo razonable o si se tienen dudas sobre la calidad de los cuidados en el país solicitado.
Según la eurodiputada francesa Françoise Grossetête, del Partido Popular Europeo, la decisión de la Eurocámara es una "estupenda victoria para los derechos de los pacientes", porque por primera vez se regula el derecho a ser atendido en centros extranjeros con la posibilidad de recuperar lo pagado.
La Comisión Europea, que había hecho una propuesta mucho más permisiva, también agradeció el respaldo al texto como un "notable paso adelante" tras años de debate. Para el eurodiputado socialista Andrés Perelló, la UE debe dejar de concentrarse en la movilidad del paciente y comenzar a armonizar la calidad de los sistemas sanitarios en Europa, "de modo que nadie tenga que desplazarse de un país para tener garantizado el mismo derecho y las mismas prestaciones sanitarias", señaló. Antes de que entre en vigor, los Gobiernos de la UE tendrán dos años y medio para transponer la directiva a sus leyes.
Ayer, la Eurocámara respaldó ese pacto entre los gobiernos, cuyo principio general permite a los europeos viajar para ser atendidos con el derecho a recuperar el dinero pagado hasta el límite de lo que cubriría el sistema sanitario de su país.
Pero hay muchas excepciones para las que el paciente tendrá que pedir permiso: los tratamientos hospitalarios muy especializados, como las enfermedades raras; los que impliquen el ingreso en un hospital más de una noche; los que se realicen en centros privados o los de pacientes que, siendo residentes en un país distinto al suyo, vuelvan a casa para ser atendidos.
Tratamientos a jubilados
Este último caso, de gran importancia para el Gobierno, impedirá que los miles de jubilados de Reino Unido o Alemania que residen en España se vayan a tratar a sus países, a veces a centros privados, pasando la factura a España.
Además, los gobiernos podrán denegar la autorización si garantizan el mismo grado de atención en un plazo razonable o si se tienen dudas sobre la calidad de los cuidados en el país solicitado.
Según la eurodiputada francesa Françoise Grossetête, del Partido Popular Europeo, la decisión de la Eurocámara es una "estupenda victoria para los derechos de los pacientes", porque por primera vez se regula el derecho a ser atendido en centros extranjeros con la posibilidad de recuperar lo pagado.
La Comisión Europea, que había hecho una propuesta mucho más permisiva, también agradeció el respaldo al texto como un "notable paso adelante" tras años de debate. Para el eurodiputado socialista Andrés Perelló, la UE debe dejar de concentrarse en la movilidad del paciente y comenzar a armonizar la calidad de los sistemas sanitarios en Europa, "de modo que nadie tenga que desplazarse de un país para tener garantizado el mismo derecho y las mismas prestaciones sanitarias", señaló. Antes de que entre en vigor, los Gobiernos de la UE tendrán dos años y medio para transponer la directiva a sus leyes.