El sector transformador de productos de la pesca español -que factura en torno a 3.000 millones de euros y genera unos 8.000 empleos en cerca de un centenar de factorías- prevé mantener su fortaleza actual e incluso incrementar levemente su cupo, a pesar del entorno de crisis generalizada y de la dura competencia de los países emergentes. Este retraimiento económico casi global se ha trasladado al consumo de pescado desde hace al menos un año y medio, según constatan algunas empresas pesqueras españolas presentes en la feria internacional Conxemar, que reúne desde ayer en Vigo a más de 550 firmas de los cinco continentes. La forma de corregir este desequilibrio, según una de las estrategias que se llevan a cabo, es tratar de vender más en los mercados exteriores dada la recesión interna, aunque a menor precio para poder colocar el producto.
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